El comportamiento ante el pecado (parte 1 de 4)

25/06/2020| IslamWeb

 Las alabanzas sean para Al-lah, y que Su paz y Sus bendiciones sean con el Profeta Muhammad.

 

Al-lah es el Creador de todas las criaturas y todo cuanto existe, dijo: {¿Acaso no lo va a saber Quien todo lo creó? Él es el Sutil, el que está bien informado} [Corán 67: 14]. Al ser el Creador, conoce las condiciones de los humanos, dispuso que en ellos hubiera características propias del comportamiento y que fueran propensos a la debilidad, al error y a dejarse llevar por las tentaciones para cometer pecados. Por eso es qué Él es Sutil y Clemente con ellos, pues conoce absolutamente todo lo que hacen y por qué lo hacen.

 

La infalibilidad no es una característica humana, pues todos los seres cometerán faltas, sin importar su gravedad, los únicos que se excluyen de esta regla son los Profetas y mensajeros de Al-lah. Esta inclinación por el pecado está mencionada en el hadiz en el que se relata que en el Día del Juicio la gente irá de Profeta a Profeta pidiendo que intercedan por ellos, al llegar donde Adán, la paz de Dios sea con él, les responderá: “Yo cometí algo por lo que Al-lah se enojó como jamás lo había hecho y como nunca lo hará. Él me prohibió que comiera del fruto del árbol y yo lo desobedecí, por eso pido y me preocupo solo por mí” (Bujari). Al establecer que pecar es un asunto que afecta a todos los humanos, debemos entender por qué el hombre es propenso a cometer faltas, basados en los textos y las enseñanzas del Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él.

 

Al momento de pensar en este tema, tuve mis dudas sobre el título que le iba a poner, pues no quería que se mal entendiera y se sacara de contexto el sentido que pretendo, ya que puede mal interpretarse aludiendo que se busca excusar al pecador, sin importar la falta que se comete, pero definitivamente no es esa mi intención.

 

Lo que deseo resaltar es la importancia que tiene para el Islam la naturaleza con la que Dios creó al ser humano, en la que se basa para así formular sus leyes, mandatos y prohibiciones, y que, además, está muy pendiente de guiar a los individuos al mejor comportamiento para que se puedan purificar de las insinuaciones del demonio. También intento resaltar la gran misericordia de Al-lah, Su benevolencia y Su perdón infinito.

 

Es necesario adentrarse en este tema, porque hay varios musulmanes que sí quieren mostrar lo contrario a lo que he expresado, pretendiendo llegar a alegar que ya que Dios nos creó así, pues no tenemos la culpa por nuestros pecados, mientras que otros se van al otro extremo, incurriendo en la desesperación, la decepción y el desánimo, pensando que jamás seremos salvos porque siempre pecamos. Olvidándose de las palabras con las que Al-lah se dirige a Sus siervos cuando dijo: {Di: “¡Oh, siervos míos que están sumidos en el pecado [perjudicándose a sí mismos]! No desesperen de la misericordia de Dios. Dios tiene poder para perdonar todos los pecados. Él es el Perdonador, el Misericordioso”} [Corán 39:53]. Palabras que solo indican la gran misericordia de nuestro Creador y que deben ser tomadas en el contexto del verso que dice: {No pretendo excusarme, porque el alma suele ordenar el mal, y solo están a salvo de ello aquellos a quienes mi Señor los protege. Mi Señor es Absolvedor, Misericordioso} [Corán 12: 53].

 

 

Entendiendo el pecado y la desobediencia

 

Para lograr entender el pecado y la desobediencia hay que examinar estos términos según lo exponen los textos de la revelación (el Corán y la Sunnah). Así que analizaremos algunos puntos importantes que nos ayudarán en esta tarea.

 

1.     El porqué del pecado y cuál es la sabiduría que hay detrás de su existencia:

 

Al-lah nos aclara en el Corán con lujo de detalle la enemistad del demonio hacia el ser humano y que dicha animadversión durará hasta el fin del mundo, dijo Al-lah: {Recuerda [¡oh, Muhammad!] cuando tu Señor dijo a los ángeles: “Voy a crear un hombre de barro. Y cuando lo haya plasmado y haya soplado en él su espíritu, hagan una reverencia [en obediencia a Mí] ante él”. Todos los ángeles hicieron la reverencia. Excepto Iblís, quien fue soberbio y se contó entre los incrédulos. Dijo Dios: “¡Iblís! ¿Qué te impide hacer una reverencia ante lo que creé con Mis dos manos? ¿Te niegas a hacerlo por soberbia o porque te crees un ser superior?”. Dijo [Iblís]: “Yo soy superior a él. A mí me creaste de fuego, mientras que a él lo creaste de barro”. Dijo Dios: “Sal de aquí, pues te maldigo. Y esta maldición pesará sobre ti hasta el Día del Juicio”. Dijo [Iblís]: “¡Oh, Señor mío! Permíteme vivir hasta el Día de la Resurrección”. Dijo Dios: “Te concedo la prórroga que Me pides, hasta el día cuyo término está prefijado”. Dijo [Iblís]: “¡Juro por Tu poder que los descarriaré a todos, excepto a quienes de Tus siervos hayas protegido!”. Dijo Dios: “La verdad es [lo que he jurado], y la verdad declaro: He de llenar el Infierno contigo y todos los que te sigan”. Diles [¡oh, Muhammad!]: “Yo no les pido ninguna remuneración a cambio [de transmitirles el Mensaje], ni soy de los que inventan mentiras. El Corán es un Mensaje para toda la humanidad. Y dentro de poco tiempo verán lo que en él se anuncia”} [Corán 38: 71-88].

 

En el hadiz encontramos que se confirmó que el Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Juro por Aquel en cuyas manos está mi alma, que si ustedes no pecaran, Al-lah los desaparecería y crearía a otros que cometieran faltas y que se arrepintieran, para perdonarlos” (Muslim). En otro dicho expresó: “Al-lah dictó que el ser humano se dejara llevar por la tentación, de eso no hay duda y no se puede escapar” [Bujari]. Encontramos también otro dicho en el que mencionó: “El creyente fue creado para ser tentado, pero cuando incurre en una falta se arrepiente. Olvida, pero al serle recordada la vía recta, rectifica” (autenticado por el Albani). Y no podemos olvidar aquel famoso hadiz en el que el Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, nos dijo: “Todo ser humano peca y comete errores, pero el mejor de todos es el que se arrepiente de sus faltas y las corrige” (verificado por Al Albani).

 

Todos estos textos, que no son los únicos, nos confirman una sola cosa, que Dios designó que el ser humano incurriera en faltas, pecados, errores y desobediencia. Así que las preguntas que nos surgen ahora son: ¿Por qué lo hizo? ¿Qué sabiduría hay detrás de este designio?

 

Es importante aclarar que, sin lugar a duda, el hecho de que Al-lah haya designado la debilidad del ser humano y su inclinación por la desobediencia en su naturaleza, no es motivo para pensar y alegar que Él lo obligue a cometer pecados, ya que, al fin y al cabo, el ser humano incurre en ellos por su propia elección y determinación.

 

Todo lo que Al-lah determina y dicta está basado en Su infinita sabiduría y no en un capricho; por ello, podemos asegurar que detrás de este designio hay varias sabias razones, dentro de las que podemos mencionar:

 

a.     Conocer y entender el significado de los bellos nombres de Al-lah y Sus atributos y ver cómo se aplican en nuestra vida, pues Él se calificó a Sí mismo con la clemencia, la misericordia y el perdón, por lo que, al no existir el pecado, dichos atributos no se verían aplicados. Al respecto, el gran sabio Ibn Al Qaiem, que Al-lah lo tenga en Su misericordia dijo (en Tahdib Al Madariy, p. 36): “Es una forma de conocer a Al-lah, Sus bellos nombres y atributos, y de entender Su misericordia, sabiduría, sutileza, grandeza y generosidad. El conocimiento de Sus bellos nombres y de Sus atributos demandan que se Lo adore en base al sentido de cada uno de ellos; así que, si no hay algo en lo que se pueda ver representada alguna de Sus características, pues no tendría sentido que Él la hubiera adoptado.

 

b.     Establecer la relación que hay entre la existencia, los mandatos, las promesas, buenas nuevas, las advertencias, las amonestaciones y el castigo; ya que los nombres de Al-lah y Sus atributos son correspondientes a la existencia misma, y cada uno de ellos tiene un efecto en la creación.

 

Pero, además, es fundamental ser conscientes de algunas verdades que pasan desapercibidas o mal entendidas por algunos, por eso es importante comprender las palabras de Ibn Al Qaiem (en Madariy As-Salikin) en las que nos explica: “Todo esto nos lleva a descubrir el conocimiento, la fe, los secretos de la creación, la sabiduría y el poder infinito de Al-lah, conceptos que son complicados de explicar con palabras, pero trataremos de hacerlo en los siguientes puntos:

 

a.     Concientizarse de la grandeza de Al-lah reconociendo Su decreto: Pues Al-lah es Todopoderoso y, por ello, decreta lo que a Él le place para Sus criaturas, quienes no tienen más camino que someterse a Su dictamen. Así se logra comprender el significado del Nombre de Al-lah Al ‘Aziz (el Noble, el Poderoso).

 

b.     Reconocer la bondad y fidelidad de Al-lah para con Sus criaturas, quienes Lo desobedecen constantemente y, sin embargo, Él cubre y oculta sus faltas ante los demás; pero si Él quisiera las haría públicas y los avergonzaría ante todos. Así se logra comprender el significado del Nombre de Al-lah Al Barr (el Benevolente).

 

c.     Reconocer la tolerancia que tiene para con Sus criaturas, pues Al-lah no castiga a los pecadores inmediatamente cuando cometen una falta, sino que, por el contrario, les da tiempo para que corrijan su error y se arrepientan. Así se logra comprender el significado del Nombre de Al-lah Al Halim (el Tolerante, el Paciente).

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Ver la otras partes:

Parte 2 de 4

Parte 3 de 4

 

Parte 4 de 4

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