La prédica del Islam (Da’wah) a través de la historia

26/10/2020| IslamWeb

Desde una perspectiva islámica, no hay ningún modo de obligar a la gente a islamizarse. La gente que se islamiza lo hace voluntariamente. La presencia histórica de comunidades no musulmanas entre los musulmanes es evidencia de la tolerancia en el Islam.
La expansión del Islam en los países más poblados como Indonesia, Malasia, Pakistán, Bangladesh y en África se dio a través del contacto entre los nativos y viajeros o mercaderes musulmanes que no solo les llevaron mercancías sino valores islámicos, como las buenas prácticas comerciales, la honestidad y la generosidad.
El impacto de los musulmanes en estas comunidades fue tremendo. En Singapur, cerca del puerto donde arribaban los comerciantes árabes, los residentes relatan que los nativos preferían comprarles a los comerciantes musulmanes porque recibían de ellos buen trato y precios justos.
Como fue el caso en la mayoría de los países donde el Islam se expandió, la islamización pacífica y voluntaria fue mucho más relevante que la conquista y la fuerza en la difusión del Islam en el sudeste de Asia. Casi en todas las islas de la región los contactos comerciales abrieron el camino a la islamización. Comerciantes y marineros musulmanes presentaron a los indígenas las ideas y rituales de la nueva fe y les causó impresión cuántas tierras del mundo ya se habían islamizado. Las primeras áreas que se islamizaron en las últimas décadas del siglo XIII E.C. fueron numerosos pequeños centros portuarios en la costa norte de Sumatra. Desde estos puertos la religión se difundió en los siglos siguientes a través del estrecho de Málaga hasta tierras malayas.
No es justo comparar la difusión del Islam en Asia y África con la difusión del Islam en Europa y culpar a los musulmanes por no promover efectivamente su religión en Occidente. A diferencia del mundo occidental moderno, la historia de los africanos y los asiáticos estaba libre de hostilidad y enemistad contra los musulmanes y, por lo tanto, su islamización fue natural y más sencilla.

¿Puede fallar la Da'wah islámica?
Al-lah guiará, por medio de la Da'wah (difusión islámica), a aquellos que hacen méritos para ganar Su misericordia, aquellos que tienen buenos corazones y buscan sinceramente la verdad. Dará la espalda a este llamado solo quien no lo merece, los que eligen alejarse de la senda divina. Esto es lo que ha decretado Al-lah con Su sabiduría perfecta.
El éxito de la Da’wah está garantizado como cumplimiento a las promesas de Al-lah, y Él dijo: {¿Y qué es más veraz que la palabra de Dios?} [Corán 4:87].
1. Al-lah prometió facilitar para el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y sus seguidores la senda de la Da’wah. Al-lah dijo: {Te dirigiré por el camino de la facilidad} [Corán 87:8].
2. Al-lah también prometió preservar el Corán, su última guía para la humanidad. El Corán está protegido para siempre de toda distorsión, alteración o cambio. Al-lah dice: {Yo he revelado el Corán y Yo soy su custodio} [Corán 15:9].
3. Al-lah prometió que la Da’wah prevalecerá y alcanzará todo rincón del globo, de modo que toda la humanidad sabrá que el Islam es la verdad emanada de su Señor; Al-lah dice: {Los haré ver Mis signos en los horizontes y en ellos mismos, hasta que se les haga evidente la Verdad. ¿Acaso no es suficiente tu Señor como Testigo de todo?} [Corán 41:53].
4. El Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, nos aseguró que el Islam es la religión del futuro y se difundirá por todo el mundo; dijo: “De hecho, el Islam alcanzará todo lugar que alcanza el día y la noche. No habrá casa (en el desierto o las ciudades) en la tierra en la que no entre el Islam” (Ahmad).
Por todos estos motivos la Da’wah no puede fracasar; y por eso el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, esperaba que sus seguidores superaran en número a los de los demás profetas. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “A todos los profetas se les otorgaron milagros tangibles por medio de los cuales la gente creyó en ellos; pero el milagro que se me otorgó a mí es una revelación de Al-lah (el Corán y la Sunnah), así que yo espero que en el Día del Juicio mis seguidores sean más numerosos que los de otros profetas” (Bujari).
Para que la Da’wah sea efectiva, el divulgador debe tener una intención sincera y una fuerte devoción. Para compartir el Islam con la gente debemos desarrollar fuertes relaciones en nuestra Ummah (comunidad musulmana) para apoyar estos esfuerzos con centros de Da’wah y libros bien elaborados. Cada uno de nosotros tiene un regalo de Al-lah y no debemos olvidar nuestra obligación ante el temor al rechazo o el fracaso, sino que debemos unirnos para contribuir con nuestros talentos y recursos y así poder compartir el regalo del Islam.
 

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