Refutando la noción de que el Islam es una religión difícil

12-9-2021 | IslamWeb

Pregunta:

As-salamu ‘alaikum wa rahmatul-lahi wa barakatuhu. Esta pregunta es sobre la compra de ítems de un vendedor cuando no estoy seguro sobre el origen de los productos. Soy programador y una buena parte de mi actividad está relacionada con las computadoras. Aquí donde vivo estos componentes son importados de otros países, y hay rumores de que uno de los que he adquirido fue importado de un mercado ilegal, pero no puedo verificar esto. Mis dudas son:
1. ¿Es permisible para nosotros los musulmanes comprar esos componentes electrónicos sin saber sobre su origen?
2. ¿Se han vuelto haram mis ingresos solo por el hecho de que probablemente haya utilizado una computadora adquirida en un mercado negro? ¿Qué debería hacer con esa computadora?
3. ¿Por qué el Islam siempre hace todo difícil? He recibido una motocicleta como regalo de un banco convencional, pero no la puedo usar debido a que está relacionada con intereses. No puedo poner mi dinero en bancos convencionales de nuevo por los intereses (¿ponerlo en un banco islámico? Intenten hacerlo en Canadá). No puedo ver películas de Hollywood; no puedo tener un negocio relacionado a los Google Ads porque ello incluiría muchos ítems que son haram; no puedo escuchar música o mirar televisión con música de fondo, ni siquiera si fuera algo útil (como las noticias). Debo ir a la mezquita cinco veces al día sea cual fuere el clima. Los sabios islámicos me suelen confundir diciendo que algo es haram mientras que otros dicen lo contrario. Las enseñanzas islámicas realmente dificultan mi vida en comparación con las cristianas.
Por favor, les pido una explicación clara sobre estos asuntos. Que Al-lah los recompense.


Respuesta:

Las alabanzas sean para Al-lah, Señor y Creador del universo, y que Su paz y Sus bendiciones sean con el Profeta Muhammad, con todos sus familiares y todos sus discípulos.

La Shari’ah islámica se basa en la facilidad y la remoción de toda dificultad o inconveniente. Esto está mencionado en los textos del Sagrado Corán y la Sunnah del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él.

En el Corán, Al-lah, Altísimo, dice:

-       {Dios no quiere imponerles dificultades…} [Corán 5:6]

-       {Dios desea facilitarles las cosas y no dificultárselas} [Corán 2:185]

-       {Dios facilita las cosas, ya que el ser humano fue creado con una naturaleza débil} [Corán 4:28]

-       {Dios no exige a nadie por encima de sus posibilidades} [Corán 2:286]

 

El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, resumió este significado al decir:

-       “La religión más amada por Al-lah es el Hanafía (monoteísmo) fácil” (Ahmad y Al Bujari en Al Adab Al Mufrad; Al Albani lo calificó como Hasan).

-       “Ciertamente la religión es fácil, y aquel que se sobrecargue con la religión no podrá continuar de esa forma” (Al Bujari).

-       “Lo mejor de su religión es aquello que es más fácil, lo mejor de su religión es aquello que es más fácil” (Ahmad y Al Bujari en Al Adab Al Mufrad; Al Albani lo calificó como Sahih).

Los sabios determinan que uno de los principios islámicos más importantes es: la dificultad trae consigo la facilidad.

De acuerdo con esto, cuando ciertas reglas le causan a alguien mucha dificultad, le parecen excesivamente difíciles o se siente abrumado por ellas, es debido a una de las dos siguientes posibilidades:

-       Se equivocó en su juicio, no se dio cuenta sobre los aspectos que llevan facilidad en esas reglas, su efecto favorable y sus consecuencias positivas.

-       La atribución que hace de esas reglas a la Shari’ah islámica es un error y un malentendido, ¡o incluso puede ser que ese aspecto de la religión esté sujeto a diferencias de opinión entre los sabios!

Lo que el querido hermano menciona en la pregunta pertenece a una de esas dos probabilidades.

Entre los ejemplos que se mencionan en la primera probabilidad está la prohibición del interés, lo cual involucra una sabiduría y beneficio muy obvios; esto ha sido demostrado por especialistas en este tema y por gente racional, incluso de entre los no musulmanes. Si esto es así, entonces ¿por qué sería sorprendente la prohibición relacionarse con asuntos que involucren intereses o beneficiarse de sus ganancias? Por favor, referirse a la fatwa 121306.

A pesar de que está prohibido para un musulmán depositar su dinero en bancos cuya actividad está basada en el interés, tal prohibición desaparece en caso de necesidad, como cuando uno teme que le roben su dinero y no encuentra otro lugar donde tenerlo de forma segura excepto en un banco de esa naturaleza. En este caso se vuelve permisible que lo haga, pero debe ser en una cuenta corriente que no genere intereses. Por favor, referirse a la fatwa 90054. De igual forma, si alguien tiene una necesidad urgente que solo puede ser resuelta teniendo una cuenta en un banco convencional, por ejemplo, cuando su empleador estipula que su salario sea depositado en una cuenta bancaria, puede abrir una cuenta corriente con ese propósito, pero debe retirar el dinero o transferirlo a un banco islámico si hay alguno disponible.

Con respecto a recibir algún regalo de parte de bancos que trabajan con interés, como una motocicleta, aceptarlo es objeto de debate entre los sabios, y hay muchos detalles a tener en cuenta ya que las actividades de los bancos son variadas; algunas pueden ser legítimas, otras, ilegítimas. Lidiar con alguien cuyo dinero es mal habido y aceptar un regalo de su parte es un tema discutido. Quizá la opinión más correcta es que lo que hay que considerar es si su sustento es mayormente legítimo o mayormente ilegítimo. Si el caso es el segundo, no es permitido aceptar un regalo suyo, y viceversa.

Algunos sabios mantienen que la ilegitimidad afecta a la persona que adquirió sus bienes de forma ilegal y no a aquellos que hacen tratos con ella, ya que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, lidió con los judíos y comió de su comida a pesar de que trabajaban con intereses.

Otro ejemplo de la primera probabilidad: el Islam prohíbe a las mujeres mostrar sus encantos o vestirse de forma indecente, como también todos los aspectos de la inmoralidad o una conducta disoluta –ocultos o manifiestos–. La sabiduría detrás de esto es obvia, solo basta mirar las condiciones en que están las sociedades donde esto es lo común para confirmar lo que aseveramos. Si este es el caso, ¿qué es lo extraño de prohibirle a un musulmán que mire películas que llaman al vicio, que difunden la inmoralidad, que envenenan las mentes y estimulan pasiones prohibidas, sean de Hollywood o no? Si hay alguna película que invita a la virtud y está libre estos males que mencionamos, entonces muchos sabios contemporáneos han dicho que es permisible mirarlas.

Un tema similar es el de los instrumentos musicales. Prohibirlos no perjudica a un alma sana; por el contrario, la libera del yugo de la música, de la liberación descontrolada de las pasiones y la inclinación a los placeres de esta vida mundanal. Libera el alma de aquello que la desvía del camino correcto, de la verdad, del que requiere buscar conocimiento beneficioso y hacer buenas acciones.

El hecho de que la música esté muy diseminada y presente en las áreas más corrompidas de los medios no significa que no podamos deshacernos de ella. Toda cosa beneficiosa y útil –como escuchar las noticias– puede conseguirse sin tener que escuchar música.

Debemos notar que la Shari’ah ha permitido algunos tipos de instrumentos musicales en algunas ocasiones, sobre todo para darle un entretenimiento legítimo a la gente. Ad-Dahlawi dijo en Huyyatul-lahi Al Baliga:

           

“Los instrumentos musicales son de dos tipos: los prohibidos, aquellos que inducen a una transformación emocional, como la flauta; y los permitidos, como el Duff (un estilo de pandereta sin campanas) o cantar en la Walímah (celebración de matrimonio) u otras ocasiones de felicidad. En cuanto a las canciones que cantan los pastores de camellos, esto es algo que hacen para lograr que los animales se muevan más rápido, y nos referimos aquí a cantar componiendo una melodía y ritmo; esto es permisible ya que es una práctica que no representa entretenimiento”.

Con respecto a la segunda probabilidad mencionada arriba, entre sus ejemplos tenemos utilizar anuncios en Google Ads u otros sitios web; esto no está prohibido en sí mismo. Si un musulmán crea un anuncio libre de trasgresiones en la Shari’ah, entonces no hay nada malo con promocionarlo en Google o cualquier sitio. El creyente será responsable sólo por sus propios actos. Si promociona algo en Google su responsabilidad está limitada a esa acción; en cuanto al resto de los anuncios en esa plataforma, aquellos que los hicieron rendirán cuentas por ello.

Otro ejemplo es la creencia de que es obligatorio ir a la mezquita cinco veces al día sin importar el clima. Esto no es lo que establece la Shari’ah, es algo que muchos confunden. Hay excusas que permiten al musulmán quedarse en su hogar y no asistir a la oración comunitaria, como la lluvia, el lodo, o vientos fuertes en una noche fría y oscura.

Ibn Qudámah dijo en Al Kafi:

“Al hombre se lo excusa de asistir a las oraciones comunitarias por ocho razones: [...] las tercera y cuarta son la lluvia y el barro. Se narró que Ibn Abás le dijo a su muádhin en un día de lluvia: ‘Luego de pronunciar: Ash-hadu anna Muhammadan rasul Al-lah, no anuncies: Haia ‘alas-salah (vengan a la oración); más bien di: Recen en sus hogares’. El muádhin hizo como se le ordenó, pero a la gente no le agradó. Al saber esto, Ibn Abbás dijo: ‘Lo mismo hizo alguien mejor que yo (el Profeta). Sin duda la oración del viernes es obligatoria, pero no quiero importunarlos al tener que salir a caminar en el barro o un piso resbaladizo’ (Al Bujari y Muslim). La quinta razón para no acudir a la mezquita es un viento fuerte en una noche fría y oscura. Ibn Omar, que Al-lah esté complacido con él, narró que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, solía ordenar a alguien que hiciera el adhán y que luego pronunciara: ‘Recen en sus moradas, recen en sus moradas’, en ocasión de una noche fría o cuando llovía durante un viaje” (Al Bujari y Muslim).

Algunos sabios han opinado que el viento fuerte en una noche fría y oscura no solo excusa el no acudir a la oración en la mezquita, sino que incluso da permiso para unir oraciones. Ibn Abbás, que Al-lah esté complacido con él, narró: “El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, realizaba siete unidades de rezo y ocho en Medina; o sea que combinaba la oración del Dhuhur con el ‘Aser (ocho unidades) y el Magrib con el ‘Isha (siete unidades)” (Al Bujari y Muslim). Aiub As-Sajtiáni le preguntó a Yabir: “¿Fue acaso en un día lluvioso?”, y éste respondió: “Creo que sí”.

Ibn Abbás, que Al-lah esté complacido con él, también narró: “El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, juntó las oraciones del Dhuhur y el ‘Aser en la ciudad de Medina sin estar en una situación de peligro o de viaje” (Muslim). Abu Az-Zubair dijo: “Le pregunté a Said por qué hizo eso, y respondió: ‘Le hice la misma pregunta a Ibn Abbás y dijo: ‘Para no poner a su nación en una dificultad’”.

Es por esta razón que algunos sabios han dicho que es permisible combinar oraciones por alguna necesidad particular estando en nuestro lugar de residencia (no de viaje), con la condición de que no se tome como hábito. El Imán An-Nawawi dijo en Sharh Sahih Muslim: “Un grupo de sabios sostuvieron que está permitido combinar oraciones en nuestro lugar de residencia si es necesario, siempre y cuando no se tome esto como un hábito”.

Por todo lo expuesto, la creencia de que es obligatorio concurrir a la mezquita cinco veces al día sin importar el clima es incorrecta.

Otro ejemplo de la segunda probabilidad es lo que has mencionado, hermano, en el comienzo de tus preguntas: la opinión de que está prohibido comprar bienes en el mercado negro ¡y de lucrar con esto! De hecho, si una persona es dueña de un bien tiene permitido venderlo en el mercado negro o cualquier otro, siempre y cuando haya un acuerdo mutuo entre el comprador y vendedor, y que los defectos del producto, si existieran, no sean ocultados.

Al-lah dice: {¡Oh, creyentes! No estafen ni usurpen injustamente, sino que comercien de mutuo acuerdo} [Corán 4:29].

El Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “El comprador y el vendedor tienen la opción siempre que permanezcan en el lugar donde se celebra el contrato. Si ambos dicen la verdad y describen los defectos (y condición de los artículos), entonces serán bendecidos en su transacción; pero si dicen mentiras u ocultan los defectos, no habrá bendición en su transacción” (Al Bujari y Muslim).

El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, también dijo: “La venta es ciertamente por acuerdo (consentimiento)” (Ibn Mayah; Al Busíri y Al Albani lo clasificaron como Sahih).

As-Sanáni dijo en Sharh Al Yami’ As-Saguír: “Este hadiz significa que la venta válida que es aceptada islámicamente y en la cual es legítima la transferencia de propiedad es aquella en la que el vendedor acuerda con su consentimiento que entregará el producto (al comprador), y el comprador consiente en recibirlo (del vendedor). Basados en este hadiz, la venta de una persona que es forzada no es válida en el Islam”.

Si asumimos que la compra de productos en el mercado negro está prohibida –cuando el gobernante musulmán lo prohíbe para proteger los intereses del pueblo–, entonces lo que provenga del mismo está prohibido, pero aquello que el comprador desconoce si proviene o no del mercado ilegal no está prohibido; el pecado recaería entonces en el dueño (o vendedor) y, en principio, el musulmán estaría libre de culpa (a menos que se pruebe lo contrario).

El Sheij Ibn Taimiah dijo:

“Si un musulmán tiene conocimiento de que cierto dinero que fue robado u obtenido por contratos ilícitos, lo debe evitar. Si sé que alguien robó dinero o engañó a otro que le dejó un bien para que se lo guardara, o que lo usurpó tomándolo sin derecho alguno, no es permisible que yo lo acepte… Si desconozco esta situación, entonces lo desconocido es como lo no existente y, en principio, lo que está en manos de un musulmán es su propiedad si él dice que así es. Si desconozco el origen del dinero que tiene, actúo bajo el principio (de que es dinero legítimo). Si él hubiera usurpado o robado ese dírham y yo no lo sé, entonces lo que desconocemos es como lo inexistente… Con respecto al musulmán cuya fuente de riqueza desconocemos, no debería haber sospecha al negociar con él en principio, y aquel que evite hacer tratos con él por temor de que sus bienes sean ilegítimos ha introducido una bid’ah (innovación religiosa) para la cual no tiene fundamento en los textos religiosos” (Maymu’u Al Fatwa).

De esta forma, debes tener en claro que las enseñanzas del Islam no dificultan los asuntos, sino que los hacen balanceados y con disciplina.

En cuanto a comparar entre las enseñanzas del Islam y aquellas del cristianismo, esto es incorrecto por numerosos motivos que no pueden ser detallados en esta fatwa, pero queremos señalar dos temas:

Primero, la situación prevalente en Occidente no es producto de una ley divina. No corresponde ni al cristianismo ni a cualquier otra religión. Es, más bien, un sistema secular sujeto únicamente a los deseos humanos. Por otro lado, la religión cristiana no tiene ninguna legislación por sí misma. Se supone que debería seguir los principios de la Torá porque es el Antiguo Testamento en el cual creen los cristianos. Pero muchos años después de que Jesús ascendió a los cielos ellos inventaron leyes, como hacer que la ingesta de alcohol y la carne de cerdo fueran permisibles, lo cual está prohibido en la Torá.

Segundo, hay muchos asuntos en los cuales la ley islámica se caracteriza por su facilidad y flexibilidad en comparación con la de los cristianos, como bien sabe cualquiera que conozca las enseñanzas de la Iglesia. Como regla general, la ley islámica remueve la inconveniencia y la dificultad tal cual mencionamos en el comienzo. Es suficiente con mencionar las palabras de Al-lah al describir al Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: {… quien se encuentra descrito en la Torá y el Evangelio; [el Profeta] que les ordena el bien y les prohíbe el mal, les permite todo lo beneficioso y solo les prohíbe lo perjudicial, y les abroga los preceptos difíciles que pesaban sobre ellos [la Gente del Libro]} [Corán 7:157].

Para tener más beneficios, por favor referirse a la fatwa 351106.

Y Al-lah sabe más.

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