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Las consecuencias del pecado - I

Las consecuencias del pecado - I
A pesar de las enormes sumas de dinero gastadas alrededor del mundo para proteger a la humanidad, el tener sexo ilícito, como la razón principal, ¿ha sido prohibido o, por lo menos, condenado? ¿Pueden prevenirse estas enfermedades sin eliminar esta causa? ¿Qué acerca del lema ampliamente difundido que los doctores frecuentemente pregonan: “La prevención es mejor que la cura”? ¿Acaso esta es una frase insensata? Si no lo es, entonces apeguémonos a la prevención, que no cuesta dinero ni esfuerzo: la virtud y la moralidad, la cual el Islam otorga sin costo alguno.

Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Y revelamos el Corán como cura para los corazones y misericordia para los creyentes, pero ello no hace sino aumentar a los inicuos su perdición} [Corán 17:82].

La gente creyente puede pasar por pruebas. Al-lah Puede probar a Sus siervos con angustias, enfermedades, pobreza o cualquier otra cosa para fortalecer su fe, expiar sus pecados y elevar su rango en la Última Vida. Casi todos los profetas, la paz sea con ellos, y otras personas virtuosas soportaron una o más formas de ser probados.

Estas pruebas impuestas pueden servir también como un recordatorio de la Omnipotencia de Al-lah. Ellas son como un mensaje para el hombre, que le recuerdan su realidad, su habilidad y su destino. En este contexto, tomaremos los tornados y terremotos como ejemplos.

Al-lah Ha puesto a la naturaleza y todos sus recursos y potenciales a disposición de la humanidad. Mediante su mente dada por Al-lah, el hombre domina la tierra, el mar y el espacio, armado con todos los recursos materiales con los que Al-lah lo Ha dotado mediante la naturaleza. Para hacer hasta las cosas más insignificantes, existe una máquina hecha por sus propias manos, lista para su servicio. Pero, ¿es esta inteligencia una excusa para que el hombre se crea un dios? ¿Acaso está él en una posición de controlar pero no de ser controlado, y de subyugar cualquier cosa a su voluntad, pero no de subyugarse a una Autoridad Superior?

Imaginemos al hombre, con toda su fuerza y agudeza mental, asesinando a sus propios hermanos con las armas más destructivas, desafiando montañas y conquistando el espacio, y aún se encuentra indefenso ante un microbio invisible que puede despojarlo de su vida…sin mencionar los tornados y terremotos!

Las superpotencias dominan el mundo entero, y los demás países son como sus estados y ciudades. Ellos determinan sus políticas, economía y educación, entre muchas otras cosas. En otras palabras, se comportan como si fueran dioses sobre la tierra. Pero, ¿por qué su poder no puede dominar un tornado o un huracán? Con su altamente avanzada tecnología, ellos pueden predecir la llegada de un tornado arrasador, por ejemplo; pero, ¿no pueden detenerlo o desviar su curso hacia Afganistán o Irak?

Así, un tornado, o cualquier otra catástrofe, no es sino un mensaje del Supremo e Incomparable Poder de Al-lah, el Todopoderoso, diciendo a aquellos que se jactan de sus músculos: ‘Conoce tus límites y recuerda que existe una Mano Omnipotente que tiene el mando’.


Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Diles: Él Tiene poder para enviaros un castigo [que os llegue] del cielo o de la tierra, o dividiros en sectas y hacer que padezcáis vuestra mutua violencia [enfrentándoos unos a otros]. Observa cómo evidenciamos los signos para que entiendan} [Corán 6:65].


De este modo, para que el hombre sea conciente de su realidad y viva con paz mental en un mundo lleno de disciplina y estabilidad, tiene que rendirse a la Voluntad de Al-lah, su Creador y Sustentador, y observar la primera fuente de guía, el Corán, y la segunda, la Sunnah del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, quien animó a sus seguidores a hacer lo bueno y nos advirtió contra lo malo. Entre los pecados que el Islam estrictamente prohíbe, el cual es la base de enfermedades inauditas y mortales como el SARS y la sífilis, es la promiscuidad y el libre mezcolanza entre hombres y mujeres.


Recordamos una vez más lo que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, nos advirtió diciendo: “Si alguna inmoralidad (adulterio y fornicación) se propaga en la comunidad y no existen sentimientos de vergüenza ante su ocurrencia o al mencionarla, enfermedades que no se habían presentado en la vida de sus predecesores se esparcirán entre ellos” (Ibn Mayah y otros), solo para reconocer que el SARS, la Gripe Aviar y otras enfermedades vienen como formas de castigo.


Hasta la primera mitad del año 2002, las personas no habían siquiera escuchado la palabra SARS, una enfermedad que surgió a finales del 2003. El Significado de esta extraña palabra era desconocido, porque el Severe Acute Respiratory Syndrome (Síndrome de Insuficiencia Respiratoria Aguda) aún no había emergido.

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