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Sanidad ambiental en el Islam

Sanidad ambiental en el Islam

El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Ninguno de vosotros debe orinar en agua estancada ni lavarse en ella”. El agua estancada puede ser origen de muchas enfermedades, por ejemplo: bilarciosis, amebiasis y enfermedades bacterianas.

El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Limpiad vuestros hogares y el área que les rodea”.
Casas y patios sucios son refugios para insectos, roedores y reptiles que cargan infecciones y enfermedades peligrosas para las personas residentes. Además, los basurales despiden malos olores y la responsabilidad es de los vecinos y de las municipalidades conjuntamente. El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “No dañar ni dañarse”.
La opinión del Islam respecto a los perros
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo:
· “Cuando un perro lame alguno de vuestros recipientes, debéis verterlo (su contenido) y lavarlo siete veces, una de ellas con tierra”.
· “Cuando un perro bebe en un recipiente vuestro, lavadlo siete veces”.
· “Quien adquiere un perro que no sea para cuidar su ganado o para cacería, tendrá dos quilates de la recompensa descontados de sus buenas acciones diariamente”.
Científicamente se ha comprobado que los perros son portadores de numerosas enfermedades causadas por agentes virales, bacterias, parásitos u hongos, en adicción a las contaminaciones bacterianas que se dan después de su mordedura.
He registrado no menos de quince de estas enfermedades durante mis estudios de medicina tropical. Una de las más peligrosas es la rabia, que aún es una enfermedad mortal a pesar de los avances médicos. Los trabajadores en sanidad pública siempre aconsejan a la gente no tener perros dentro de las casas. La cuarentena es la solución para los perros que no tienen certificados de salud, al igual que con los humanos.
El profesor Yusuf Al Qaradawi escribió en su libro Lo lícito e ilícito en el Islam los siguientes puntos:
“Desde el punto de vista médico, que es nuestro mayor interés, la amenaza a la salud humana y la vida que proviene de tener perros y jugar con ellos, no puede ser ignorada. Muchas personas han pagado un elevado precio por su ignorancia, pues la "tenia del perro" es causa de una enfermedad crónica que hasta puede causar la muerte.
Esta lombriz se encuentra en el hombre, en el ganado y en el cerdo; pero se encuentra en su forma totalmente desarrollada sólo en el perro, el lobo y raramente en los gatos. Estas lombrices se diferencian de las demás en el hecho de que son diminutas e invisibles. Por esta razón, no fueron descubiertas hasta recientemente...
Biológicamente, el proceso de crecimiento de esta lombriz tiene unas características únicas. En las heridas que causa, una lombriz genera varias cabezas que se esparcen y causan varias otras heridas y abscesos. Estas cabezas se convierten en lombrices totalmente desarrolladas sólo en las amígdalas del perro. En los seres humanos y en otros animales se convierten en lesiones y abscesos completamente diferentes de la misma lombriz.
En los animales, un absceso puede llegar al tamaño de una manzana, mientras el hígado del animal infectado puede crecer de cinco hasta diez veces el tamaño normal. En los seres humanos el tamaño del absceso puede llegar al de un puño cerrado o incluso la cabeza de un niño. Los abscesos suelen estar llenos con un fluido amarillo y pesan entre 10 y 20 libras. En los humanos infectados pueden causar distintas inflamaciones en los pulmones, los músculos, el bazo, los riñones y el cerebro. Suelen aparecer en muchas y distintas formas, tanto que los especialistas difícilmente los reconocían hasta ahora.
En cualquier caso, donde sea que esta inflamación se encuentre, significa un gran peligro para la salud y la vida del paciente. Lo que es peor es que, a pesar de nuestro conocimiento de su vida, su origen y desarrollo, no hemos podido establecer la cura contra este mal. Algunas veces estos parásitos mueren y son expulsados, posiblemente por anticuerpos producidos en el cuerpo humano. Desafortunadamente, los casos en que estos parásitos mueren sin dañar son muy raros. Además, la quimioterapia no ha logrado producir ningún beneficio. El tratamiento usual es remover quirúrgicamente las partes del cuerpo afectadas por el absceso. Por todas estas razones, debemos usar todos los medios posibles para luchar contra esta horrible enfermedad y salvar al hombre de sus peligros.
El Profesor Noeller, a través de la disección postmortem de cuerpos humanos en Alemania, encontró que la incidencia de la infección con la lombriz del perro es por lo menos del 1%. En algunos lugares como Dalmacia, Islandia, el sudeste de Australia y Holanda, donde los perros son usados para tirar de trineos, el nivel de perros infectados de esta lombriz es del 12%. En Islandia el número de personas que sufren las inflamaciones causadas por esta lombriz ha llegado al 43%. Si añadimos a esto el sufrimiento humano, las pérdidas en carne de los animales infectados y el permanente peligro a la salud humana por la presencia de esta lombriz, no podemos ser muy tolerantes con este problema.
Tal vez la mejor forma de combatir este problema sea restringir la presencia de las lombrices a los perros y evitar que se transmitan o diseminen, ya que actualmente necesitamos tener algunos perros. No debemos dejar de tratar a los perros cuando sea necesario, eliminado las lombrices de sus amígdalas y, tal vez, repitiendo este proceso periódicamente en los perros pastores y los perros guardianes.
El hombre puede proteger su vida y salud manteniéndose a una distancia segura de los perros. No debemos abrazarlos ni jugar con ellos ni dejarlos acercarse a los niños.
Los niños deben aprender que no deben jugar con perros ni acariciarlos. No se debe permitir que los perros estén lamiendo las manos de los niños o que se acerquen al lugar donde estos juegan. Desafortunadamente, se deja que los perros deambulen prácticamente donde sea, especialmente en los lugares donde juegan los niños y sus recipientes de alimento están esparcidos por toda la casa. Los perros deben tener sus propios recipientes para comer y no se les debe permitir lamer de los recipientes y los platos usados por los humanos. No se los debe dejar ingresar en verdulerías, restaurantes o mercados. En general, se debe tener mucho cuidado de que no entren en contacto con ningún utensilio usado por el hombre para comer o beber.”

Sabemos muy bien que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, prohibió intimar con perros, que nos advirtió que no les permitamos lamer de nuestros recipientes y que no los tengamos en nuestras casas sin necesidad. ¿Cómo es posible que las enseñanzas de un árabe analfabeto, Muhammad, coincidan con los últimos descubrimientos de las investigaciones científicas? En verdad, no podemos más que repetir las palabras del Sagrado Corán: {No habla por propio impulso. No es sino una revelación que se ha hecho.} [Corán 53:3,4]

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