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La importancia de aferrarse a la Sunnah

Durante la peregrinación de la despedida, el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, en su sermón advirtió sobre la división y las diferencias en la creencia y la práctica de la religión que agobiarían a su nación.

Esa advertencia generó gran preocupación en los sahabah, quienes le pidieron a su mentor que les dejara claro el camino que deberían seguir para no desviarse y caer en la sedición que esa división ocasionaría. El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, fue contundente en su respuesta, les dijo: “Deben aferrarse a mi Sunnah y a la de los Califas rectos que me sucederán”. Estas palabras nos fueron transmitidas por ‘Arbad Bin Sariya, que Al-lah esté complacido con él, tal como lo registró At-Tirmidhi, Ibn Dawud e Ibn Mayah. Pero el relato no se detiene ahí, sino que les señaló cómo debían aferrarse a ella, continuó diciendo: “Aférrense a ella fuertemente, como si estuvieran agarrando algo con las muelas, y no la dejen. Además, tengan cuidado de incurrir en innovaciones contrarias a la religión, pues estas llevan a la perdición y la desviación”.

¿Por qué tanta insistencia en el llamado a apegarse a la Sunnah y de manera tan fuerte? Porque de esta forma el Profeta nos señaló que el camino para lograr la felicidad, la paz y la armonía en esta vida y la del más allá, está en las enseñanzas de los profetas a los que Al-lah le dio Su revelación, ya que dichas enseñanzas son el único medio que tenemos de conocer qué es lo que nos conviene y qué no, y son la luz que nos ilumina el camino que nos lleva a Al-lah.

De lo anterior nos damos cuenta de que la necesidad del ser humano de la guía y de las enseñanzas de los profetas es mayor que la de alimentarse. Ibn Al Qaiem dijo: “La necesidad que los humanos tienen de los profetas no es igual que la que tienen del día, de la noche, del aire, de la lluvia o de alimentarse, porque esa necesidad que se tiene de ellos es aún mayor, pues los profetas son los enviados de Al-lah y es por medio de ellos que conocemos qué es lo lícito y que no, y son ellos los que nos señalan el camino hacia Al-lah”.

La necesidad que se tiene de los profetas no se refiere a ellos mismos como personas, sino al mensaje que Al-lah les reveló y ellos transmitieron. Este sentido lo explicó perfectamente Zuhri cuando dijo: “Los antiguos sabios solían decir: ‘Aferrarse a la Sunnah es el camino de la salvación’”. Y así es, porque por medio de las enseñanzas del Profeta Muhammad nos prevenimos del castigo de Al-lah y nos podemos hacer merecedores de Su perdón.

Por lo tanto, no hay otro medio para conocer la verdad y seguirla que aferrarse a la Sunnah. Las enseñanzas del Profeta nos ayudan a reconocer lo que es correcto cuando las opiniones son diferentes, por eso dijo Al-lah: {Y aférrense a la cuerda de Dios todos juntos y no se dividan} [Corán 3:103]. La cuerda mencionada en este verso es la Palabra de Al-lah, el Corán, y la Sunnah del profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él.

Además, así como la división y las diferencias son algo que sucede y sucederá por decreto divino, Él nos da igualmente los medios para diferenciar entre el camino recto y el desviado; dijo: {¡Oh, creyentes! Obedezcan a Dios, obedezcan al Mensajero y a aquellos de ustedes que tengan autoridad y conocimiento. Si realmente creen en Dios y en el Día del Juicio, cuando tengan discrepancias remítanlas al juicio de Dios y del Mensajero, porque en ello hay bien y es el camino correcto} [Corán 4:59]. En este verso encontramos una orden explícita de que en el momento en que haya diferencias de opinión, estas deben ser despejadas con base en lo que Al-lah y Su Profeta enseñaron.

Aferrarse a la Sunnah es necesario para librarnos del castigo de Al-lah, dijo Ibn Al Qaiem interpretando las Palabras de Al-lah: {Pero Dios nunca los castigaría estando tú [¡oh, Muhammad!] entre ellos} [Corán 8:33]: “Al-lah no castigó a quienes agredían a Su Mensajero y lo odiaban, porque él se encontraba entre ellos. Ahora imagínense, ¿qué pasará con aquellos que, pese a que el Profeta ya no está presente, creen en él y se aferran a sus enseñanzas? Sin lugar a duda ellos tienen más mérito para ser librados del castigo de Al-lah”. Cómo no va a ser así si el mismo Profeta nos dejó también este consejo: “Yo les dejo dos cosas que, si se aferran a ellas, no se perderán jamás: el Libro de Al-lah (el Corán) y mi Sunnah” (Al Hakim).

Finalmente, podemos concluir que el camino de la salvación está en el apego consciente (aferrarse) a las enseñanzas del Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y que el desvío y la perdición está en el alejamiento de la Sunnah. Por eso es vital que nos aferremos a la Sunnah de nuestro Profeta.

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