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¿Él feminismo es el problema? Por qué las nuevas tendencias ideológicas fallan en el Islam (parte)

¿El feminismo es el problema?  Por qué las nuevas tendencias ideológicas fallan en el Islam (parte)

Fue durante nuestra sesión semanal de estudios islámicos donde comencé a alejarme cuando escuché las palabras del shaij flotando en mis oídos: “… y esa es la razón por la que las mujeres no deben memorizar el Corán”. ¡¿Qué es lo que acaba de decir?! Acababa de terminar de memorizar el Corán ese mismo año, así que me arrellané en mi lugar. “Mi hermana memorizó el Corán”, continuó, “pero ha estado tan ocupada con su bebé recién nacido que jamás tuvo tiempo de revisarlo, y ahora lo ha olvidado todo. Así que es mejor que las mujeres no lo memoricen, porque no podrán retenerlo mientras crían a sus hijos”. No pude ocultar mi sorpresa y le respondí de inmediato que conozco a muchos hombres que habían memorizado el Corán y, por una razón u otra, no lo habían retenido. Pero el shock quedó conmigo, ¿cómo podía desanimar a las mujeres de buscar simultáneamente dos de las mejores obras, memorizar el Corán y criar hijos? En ese momento, él tomó algo que me había dado inspiración, fuerza y serenidad (las horas interminables y la dedicación puestas en memorizar el Corán), y me dejó impotente.
No podemos negar que las comunidades musulmanas tienen un problema con el género. Por otra parte, los musulmanes se sienten frustrados por las injusticias que ven (tanto mayores como menores) cuando se trata de género. Y por otro lado, muchos hombres musulmanes (y algunas mujeres) se sienten exasperados al ver como un segmento creciente el movimiento feminista musulmán que condena a todos los hombres como sexistas y a todas las instituciones, incluida la religión, como inherentemente misóginas.
¿Qué es el feminismo?
A finales del siglo XIX, el término féminisme surgió en Francia y se extendió rápidamente a otras naciones europeas, llegando a Estados Unidos en 1910. El término francés original revela los orígenes del concepto: femme, que significa “mujer,” e isme, que significa una ideología social o política. Sin embargo, desde el principio, la etiqueta de “feminismo” no fue fácilmente adoptada por la mayoría de las mujeres debido a los desacuerdos sobre su significado. De ahí que, desde su inicio, lo que significa ser feminista ha estado en continuo cambio, en función de la cultura y la política. Algunos aspectos de esta ideología, sin embargo, han permanecido relativamente consistentes: el feminismo en general busca desafiar las expectativas y disparidades asociadas con el género. En cualquier caso, los segmentos de este movimiento han continuado desarrollándose, con algunas ramas representando cambios revolucionarios en lo tocante a lo que significa “ser mujer”. A veces, ha implicado un llamado a la igualdad de oportunidades profesionales para las mujeres, en otras ha implicado el rechazo de actitudes prevalentes hacia el género, arraigadas en paradigmas religiosos.
En los Estados Unidos, en particular, la historia del feminismo blanco dominante a menudo se describe en oleadas. El feminismo de primera ola involucraba el movimiento por el sufragio femenino, y fue presentado en la Convención de Seneca Falls de 1848 por figuras destacadas como Elizabeth Cady Stanton y Susan B. Anthony. Esta ola surgió en el contexto de la industrialización y se enfocó en la igualdad de oportunidades de empleo para las mujeres. En las décadas de 1960 y 1970, la segunda ola de feminismo estuvo estrechamente vinculada a los movimientos de la posguerra y de los derechos civiles. Finalmente, comenzando en la década de 1990, el feminismo entró en su tercera ola que, como muchos otros movimientos, aborda las cuestiones del poscolonialismo. Por supuesto, a lo largo de la historia, mujeres de todo el mundo siempre han luchado por ellas mismas y por sus familias, ya sea que se las haya etiquetado como “feministas” o no.
El feminismo se ha seguido desarrollando naturalmente. Hoy en día, muchos movimientos, causas y grupos distintos reclaman la propiedad del término y sus valores, y se ha convertido, igual que otras ideas de justicia social, intersectorial en su aplicación. Ahora, quienes se autoidentifican como feministas tienen su propio entendimiento del término según sus experiencias. Algunas feministas hablan en contra de la agresión sexual y los salarios injustos, otras critican el movimiento como un todo por su blancura y privilegio de clase, mientras reclaman su espacio único en él. Lo que se ha identificado principalmente como un movimiento sobre género e igualdad ha tenido que lidiar con diferentes concepciones de estos dos términos, así como sus intersecciones con la raza, la clase, la religión, la ciudadanía, la guerra, el imperialismo y más. El feminismo, entonces, se define tanto por su historia como por las críticas de esa historia.

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