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Las formas en que los idólatras se opusieron a la Da‘wah Islámica - II

Las formas en que los idólatras se opusieron a la Da‘wah Islámica - II

Las exigencias absurdas

Dentro de los métodos que utilizaban los idólatras para detener la prédica del Islam, estaba el de la discusión y tratar de mostrarlo incapaz de responder, haciéndole preguntas y pidiéndole signos. Pues, después de que el Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, demostró la validez de su Da‘wah y la sinceridad de su profecía con las evidencias y pruebas, los idólatras se mostraron confundidos acerca de su mensaje, pero se negaron a creer en él por orgullo y obstinación.

Ante estas pruebas y evidencias que no podían refutar, los idólatras no pudieron sino exigirle algunas condiciones, cuyo objetivo no era asegurarse de la sinceridad del Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, sino obstaculizarle y mostrarlo incapaz.

Al-lah, Glorificado Sea, Dice (lo que se interpreta en español): {Y dicen: No creeremos en ti hasta que no hagas por nosotros que surja un manantial de la tierra. O poseas un jardín de palmeras y vides y hagas nacer entre ellas ríos que fluyan. O que hagas caer el cielo en pedazos sobre nosotros, como afirmas, o traigas a Al-lah y a los ángeles por delante. O poseas una casa de oro o subas al cielo, y aún así no creeríamos en tu ascensión hasta que no hicieras descender sobre nosotros un libro que pudiéramos leer. Di: Gloria a mi Señor. ¿Acaso soy algo más que un ser humano enviado como mensajero?} [Corán17:90-93]

La Sabiduría Divina implicó no responder a lo que pedían, porque la Práctica Constante de Al-lah, Glorificado Sea, es que si alguna gente pide ver algunos signos, y Al-lah le Realiza lo que pide; y luego no cree, después de eso, Al-lah, Alabado Sea, la Castiga aniquilándola. Eso es lo que Hizo con ‘Ad, Zamud, el pueblo del Faraón y con otras naciones.

El Imán Ahmad, que Al-lah le dé Su Perdón, narró bajo la autoridad de Ibn ‘Abbas, que Al-lah esté complacido con ambos, que la tribu de Quraysh le dijo al Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam: “Invoca a tu Dios que nos convierta la montaña de Al-Safa en oro y así creeremos en ti.” El Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam dijo: “¿Y lo haréis?” Dijeron: “Sí.” Así, el Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, invocó a Al-lah. Le vino Yibril (Gabriel), la paz sea con él, y le dijo: “Al-lah, Alabado y Glorificado Sea, te Saluda y Dice: si quieres, les Convierto la montaña de Al-Safa en oro, pero quien no cree después de eso, lo Voy a castigar con lo peor; y si quieres, les Abro las puertas del arrepentimiento y de la misericordia.” Así que el Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Pues sí, las puertas del arrepentimiento y la misericordia.” En consecuencia, Al-lah, Glorificado Sea, Reveló, la aleya (lo que se interpreta en español): {Y que los antiguos desmintieran es lo que Nos ha impedido enviar los signos1. Dimos a los Zamud la camella como una prueba clara pero fueron injustos con ella. Y no enviamos Nuestros signos sino para infundir temor.} [Corán17:59]

Al-lah, Alabado Sea, Dice (lo que se interpreta en español): {Y dicen: ¿por qué no se le hace descender un ángel? Si bajara un ángel, el asunto quedaría zanjado y no se les daría ningún plazo de espera.} [Corán 6:8], es decir que; si Al-lah Responde a su petición de hacerles descender un ángel, el asunto quedará terminado, y si no creen después de proporcionarles signos claros que pidieron, no tendrán otra oportunidad para arrepentirse y creer.

A esto debemos agregarle que Al-lah, Glorificado Sea, Sabe que si Él Acepta la petición de ellos, tampoco van a creer y van a seguir errantes fuera de los límites, Al-lah, el Altísimo, Dice (lo que se interpreta en español): {Y juran por Al-lah con toda la gravedad, que si les llegara un signo, creerían en él. Di: Los signos están junto a Al-lah. ¿Pero no os dais cuenta de que, aunque os llegaran, no ibais a creer en ellos? Mudaremos sus corazones y su visión, de la misma manera que no creyeron en ello la primera vez, y los Dejaremos errantes en su extravío,Y aunque Hiciéramos que bajaran a ellos ángeles y que los muertos les hablaran y reuniéramos todas las cosas ante sus ojos, no creerían a menos que Al-lah Quisiera. Sin embargo la mayor parte de ellos son ignorantes.} [Corán 6:109-111]

De los intentos que hicieron para obstaculizar al Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, fue que se comunicaron con la Gente del Libro de entre los judíos para saber algunas preguntas y detalles que les sirvieran para lograr su meta y mostrar al Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, como incapaz de responder. Lo que evidencia eso es el motivo por el cual la sura de Al Kahf fue revelada y la aleya en que Al-lah, Glorificado Sea, Dice (lo que se interpreta en español): {Y te preguntan acerca del espíritu.} [Corán 17:85]

De los métodos también que utilizaban: las negociaciones, pues enviaban muchas delegaciones para presentarle al Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, algunas ofertas atractivas a fin de hacerle que haga concesiones o para hacerle dejar su mensaje. Le enviaron a ‘Utbah ibn Rabi‘ah quien le dijo: “Si el objetivo de tu pretensión es el dinero, podemos juntarte dinero de lo nuestro para hacerte el más rico de entre nosotros. Si tu objetivo es la gloria, podemos hacerte nuestro jefe; no decidiremos nada sin consultarte. Si tu objetivo es obtener el dominio podemos hacerte nuestro rey. Si tu objetivo es casarte, pues elige las que quieras de las mujeres de Quraysh y te hacemos casarte con diez mujeres. Si lo que te aflige son visiones que no puedes evitar, podemos procurarte la cura, gastando todo lo que podamos de dinero hasta que te cures, porque el que acompaña al hombre de entre los genios puede dominar al hombre, hasta que éste se libere de él.”

Estas ofertas no hacían sino aumentar su firmeza en sus principios y su certeza en su Da‘wah, sin ser evasivo ni zalamero les respondió: “No es nada de lo que decís, no vine con el mensaje para pedir vuestro dinero ni pidiendo el honor entre vosotros ni buscando ser vuestro rey, sino que Al-lah me Envió como Mensajero a vosotros, me Reveló el Corán, me Ordenó ser vuestro anunciador de las buenas nuevas y advertidor, os he informado el Mensaje de mi Señor y os he aconsejado, si aceptáis lo que os informo, seréis de los que triunfan en esta vida y en la Última, si no creéis, tendré paciencia hasta que Al-lah Juzgue entre vosotros y yo.”

Cuando los idólatras vieron su firmeza por encima de todas las tentaciones mundanas y los placeres perecederos; empezaron a seguir otro camino que les indicó su imprudencia y la sandez de sus mentes. Esta nueva estrategia consistía fue una oferta de trato para que el Islam y Al Yahiliyyah se encontraran, a través de hacerle al Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, abandonar algo de la verdad, a cambio; los idólatras dejarían también algo de su falsedad, dijeron: “¡Oh Muhammad! Vamos a adorar lo que adoras un día y tú adoras lo nuestro otro, así que tú y nosotros compartimos el asunto. Si lo que adoras es mejor que lo que adoramos, entonces nos tocará una parte de lo que adoras, y si lo que adoramos es mejor que lo que adoras, entonces te tocará una parte de lo que adoramos.” En consecuencia, Al-lah Reveló una sura entera que es la sura de Al Kafirun, la cual clarifica que el camino de la verdad es único y no tiene desvíos, y que no hay lugar para soluciones intermedias ni para la adulación ni la evasión. Pues, la cuestión no es personal, sino que es Da‘wah, Legislación Divina, que no acepta negociaciones, sean lo que sean las causas, las motivaciones y las justificaciones.

Cuando todos estos métodos y caminos no funcionaron para alejar a la gente del Camino de Al-lah y deformar los rasgos de la Da‘wah islámica, Quraysh se fue por otro camino que indica su fracaso y decepción, pues volvió a descargar su ira sobre los creyentes y hacer todo lo posible para torturarlos y tratar de hacerles dejar su fe. No obstante, Al-lah Es Invencible en Su Mandato, pero la mayoría de la gente no lo sabe. 


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1.   [Es decir, si os enviáramos a vosotros los prodigios que solicitáis y después de eso no creyerais, tendríais que ser castigados como ya ocurrió con los antiguos cuando desmintieron.] 

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