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La educación de la mujer en el Islam (Parte 1)

La educación de la mujer en el Islam (Parte 1)

Algunas personas prejuiciadas e ignorantes proclaman que el Islam no alienta a las mujeres a que se eduquen y que prefiere que estas permanezcan ignorantes o lo más cercano que se pueda a la ignorancia. Este es un argumento tendencioso e infundado en contra del Islam. De hecho, no existe ninguna otra religión o doctrina en el mundo que aliente al hombre a buscar el conocimiento tanto como el Islam. El Islam exhorta al ser humano, hombres y mujeres, a que adquiera conocimientos en todos los campos de la vida, así como a que investigue y descubra hechos.

El Islam define el conocimiento como la manera correcta de conocer a Al-lah Todopoderoso, creer en Él, y someternos a Su Shari’ah. ¿Acaso no son los primeros versos revelados al Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, una declaración rotunda de ello? Los primeros versos revelados al Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, son aquellos en los que Al-lah Todopoderoso Se Dirigió a Su Mensajero Diciéndole (lo que se interpreta en español): {¡Lee! [¡Oh, Muhammad!] En el nombre de tu Señor, Quien Creó todas las cosas. Creó al hombre de un cigoto. ¡Lee! Que tu Señor Es el más Generoso. Enseñó [la escritura] con el cálamo. Y le Enseñó al hombre lo que no sabía.} [Corán 96:1-5]
Esta es la orden de recitar en el nombre del Creador, Quien Creó tanto al hombre como a la mujer de una sustancia pegajosa. Esto se refiere al hecho de que la creación de Al-lah Todopoderoso es el campo en el que los humanos deben buscar el conocimiento, y que esto los guiará al camino de Al-lah Todopoderoso.  Investigar lo creado por Al-lah Todopoderoso es la mejor manera y la más cercana para quienes buscan el conocimiento y la verdad, independientemente del lugar en donde se encuentren y del ramo científico al que se dediquen.
La revelación dio comienzo con la orden de leer porque leer es el medio más importante para consolidar el conocimiento y darle continuidad. Leer viene después de escribir, es por eso que Al-lah Todopoderoso Agració a Sus siervos con ese favor, pues Enseñó al hombre a escribir con el cálamo, el cual es la herramienta más grandiosa para la escritura. Esto significa que Al-lah Todopoderoso Enseñó a todos los humanos, tanto hombres como mujeres.
Este llamado con el que Al-lah Todopoderoso Invita a los humanos a buscar el conocimiento y fundar las ciencias -desde el inicio del Islam- es la evidencia más grande de la igualdad plena del hombre y la mujer en términos de su llamado a la ciencia, el conocimiento, la reflexión sobre la creación de Al-lah Todopoderoso y el uso de dos herramientas del conocimiento que se relacionan: la lectura y la escritura.
El conocimiento es el camino para conocer a Al-lah Todopoderoso, para tener fe en Él, y para llegar a conocer los juicios sobre las obligaciones religiosas tanto del hombre como de la mujer. Es obligación para todo musulmán y musulmana aprender todo lo que lo(a) guíe a conocer las enseñanzas y reglas de la religión a las cuales hay que apegarse, ya que todos los hombres y mujeres deberán rendir cuentas por sus actos  de manera individual ante Al-lah Todopoderoso.
Los seres humanos, tanto hombres como mujeres, son sometidos a prueba en esta vida. Todos somos responsables completamente de nuestras acciones siempre y cuando seamos competentes, es decir, siempre y cuando poseamos cordura, voluntad y habilidad.
Dado que los humanos son responsables de sus acciones, están obligados a adquirir todo lo que les permita distinguir entre la verdad y la falsedad, el bien y el mal, el beneficio y el daño, y que les ayude a conocer los límites de su responsabilidad ante Al-lah Todopoderoso.
El Islam es muy afecto a enseñar a la mujer todo aquello que hace de ella un elemento de bondad y de reforma dentro de una sociedad islámica segura y feliz que se encamina hacia la perfección y avanza hacia el poder y la gloria.
Para lograr esto, el Islam invita a que las mujeres asistan a asambleas islámicas, tanto grandes como pequeñas. El Islam alienta a las mujeres a que oren en grupo, a que asistan a la oración en congregación y la Jutbah (sermón) del Yumu’ah (viernes), y a que acudan a la oración y la Jutbah de ‘Id aun si tienen una razón válida para no rezar. El Islam también les ordena a las mujeres que lleven a cabo tanto la Peregrinación Mayor como la Menor, y las exhorta a acudir a clases de religión. Además, Al-lah Todopoderoso Se Dirige siempre tanto a hombres como a mujeres (a excepción de unos pocos casos), lo cual demuestra Sus ganas de educarlas, cultivarlas, enseñarles lo concerniente a la religión y permitirles tomar parte en las cuestiones concernientes a todos los musulmanes.
Una mirada a la realidad nos basta para ver la importancia de que la mujer sea recta, sapiente y de buenos modales, tanto como por el bien de su familia como por el bienestar de la sociedad en su conjunto. El grado de rectitud o corrupción de la mujer dentro de su familia determina el grado de rectitud o corrupción inculcado a sus hijos.
Además de esto, la mujer tiene gran influencia en el hombre, sea este su esposo, su padre o su hermano. La rectitud  de la mujer es más importante para la familia que la rectitud del hombre, ya que la mujer juega un papel primordial en guiar o corromper la formación de los modales, principios y hábitos de los niños; este papel es mucho más importante que el del hombre por muchas razones:
1.      Al-lah Todopoderoso le Ha Concedido a la mujer un sentimentalismo fluido, una disposición indulgente y la habilidad de envolverse y formar parte en la vida de los niños de acuerdo a la mentalidad y naturaleza de estos últimos. Esto le permite ganar el amor y la confianza de los pequeños, quienes imitan su comportamiento y todo aquello que ella dice o hace.
2.      La mujer acompaña a los hijos la mayor parte del tiempo cuando estos están creciendo. Durante esta etapa, los niños poseen una naturaleza pura y son como esponjas que se adaptan a las tradiciones y costumbres.

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