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  2. Purificación del alma

Él comportamiento ante el pecado (parte 4 de 4)

El comportamiento ante el pecado (parte 4 de 4)

 

  

5.    Dedícate a la adoración:

 

Uno de los grandes sabios dijo: “Si no te mantienes ocupado en la adoración, el vacío te llevará al pecado”.

 

Al-lah dijo: {Cuando cumplas con tus obligaciones dedícate a la adoración, y a tu Señor anhela con devoción} [Corán 94:7-8].

 

Ocupar el tiempo en actos de adoración, como la oración, el ayuno, el zakat, visitar a los enfermos, reunirse con los amigos, etc., es una de las mejores maneras de protegerse del pecado.

 

Hay que llevar a las acciones todo lo que se enseña y divulga, para no ser uno de los que Al-lah mencionó cuando dijo: {¡Creyentes! ¿Por qué dicen una cosa pero hacen otra? Es aborrecible ante Dios que sus actos no sean coherentes con sus palabras} [Corán 61:2-3]. Y el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, nos dijo: “El Día de la Resurrección un hombre será arrojado al fuego, sus vísceras se le saldrán y se revolcará en ellas. La gente del Infierno le preguntará: ‘¿Por qué te sucedió esto, no eras tú el que nos llamaba al bien y nos prevenía del hacer mal?’; él responderá: ‘Sí, pero les ordenaba lo que no hacía y les prohibía lo que sí hacía’” (Bujari).

 

Es así como, sin importar si se cometen o no pecados, todos estamos obligados a advertir sobre sus consecuencias. Estamos obligados a llamar al bien y aplicar lo que decimos, y a advertir sobre el mal y alejarnos de cometerlo. Además, es un pecado abandonar esta labor de llamado y advertencia con la vana excusa de que uno también es pecador, así lo mencionó Ibn Kazir.

 

6.    Continuidad en el istigfar (pedido de perdón):

 

Esta es una de las mejores formas de adoración que protegen al ser humanos de cometer pecados y lo ayudan a reconocer la magnificencia de su Creador.

 

El Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, nos informó, según lo registró Muslim, que él le pedía a Al-lah perdón cien veces al día (siendo él quien era). Además, solía repetir la siguiente súplica: “Señor mío, perdona mis faltas, mi ignorancia, mi extralimitación y todo lo que conoces de mí. ¡Oh, Al-lah! perdóname por todo lo que he hecho y he dejado de hacer, lo que he hecho en secreto y en público, Tú eres el Todopoderoso” (Bujari).

 

Los Profetas acostumbraban hacer las siguientes súplicas que Al-lah nos enseñó en el Corán:

 

·      La de Noé: {¡Señor mío! Perdóname y perdona a mis padres, a todo aquel que ingrese a mi casa como creyente, y a todos los hombres y mujeres que crean en Ti. Pero a los injustos opresores, acreciéntales su perdición} [Corán 71:28].

 

·      La de Abraham: {[…] de Él anhelo que perdone mis pecados el Día del Juicio} [Corán 26:82].

 

·      La de Moisés: {Dijo Moisés: “¡Oh, Señor mío! Perdona a mi hermano y a mí, y ten misericordia de nosotros. Tú eres el más Misericordioso”} [Corán 7:151].

 

El Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, nos enseñó que el perdón no solo purifica el corazón, sino que, además, borra la falta, dijo: “Cuando un creyente peca aparece un punto oscuro en su corazón, pero al arrepentirse, este es borrado. Pero si vuelve a cometerlo (y no se arrepiente) vuelve este punto y el corazón se endurece, es a esto a lo que se refiere Al-lah cuando dice: {Pero no es así, sino que sus corazones están duros, llenos de herrumbre, debido a los pecados que cometieron} [Corán 83:14]”.

 

7.    No hacer público el pecado:

 

Los textos de la revelación indican que el pecado que se hace público es peor que el que se oculta. Dijo el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Toda mi nación estará a salvo, excepto los que hacen públicos sus pecados. Aquel que comete una falta en la noche y Al-lah la oculta, pero al día siguiente él va donde su amigo y le dice: ‘Fulano, anoche hice esto y aquello’” (Bujari).

 

Un creyente que es consciente de la grandeza de su Señor comete un pecado, siente remordimiento y temor del castigo que le espera, entonces, ¿cómo es posible que vaya por ahí haciendo pública esa deshonra, como si se vanagloriara de ella?

 

9.    Una buena obra debe seguir una mala acción:

 

Un hombre se acercó al Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y le dijo: “¡Oh, enviado de Al-lah!, estuve con una mujer, aunque no realizamos el coito; así que decide la pena que merezco por esa falta”. Omar Ibn Al Jattab le dijo: “Al-lah te había cubierto, debiste haber callado”. El Profeta no le respondió nada, así que el hombre se paró y se fue. Entonces el Profeta envió a otro a que lo alcanzara y lo trajera, y luego recitó: {Observa las oraciones prescritas en los dos extremos del día y durante la noche, pues las obras buenas borran las obras malas. Esto es una exhortación para quienes reflexionan} [Corán 11: 114]. Le preguntaron: “¿Esto es exclusivo para él?”, respondió: “No, es para todo el mundo” (Muslim).

 

Al-lah dijo: {Aquellos que al cometer una obscenidad o injusticia invocan a Dios pidiendo perdón por sus pecados, porque saben que solo Dios perdona los pecados, y no reinciden a sabiendas} [Corán 3:135]; y también: {Su Señor es Quien mejor conoce lo que hay en sus corazones. Si son piadosos, sepan que Él perdona a los que se arrepienten} [Corán 17:25].

 

9.    Hay que aborrecer el pecado y no al pecador:

 

El Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Una persona dijo: ‘Juro que Al-lah no perdonará a fulano’; pero Al-lah dijo: ‘¿Quién es el que alega que no perdonaré a fulano? Yo lo he perdonado a él y he hecho que tus obras se pierdan’” (Muslim).

 

Abu Darda pasó por el lado de unas personas que estaban humillando a alguien que había pecado, entonces les preguntó: “¿Si lo encontraran dentro de un pozo, no lo ayudarían a salir?”; respondieron: “Claro que sí”. Les dijo: “No humillen a su hermano por su falta, más bien agradezcan a Al-lah que ustedes no la cometieron”. Le replicaron: “¿No lo aborreces?”; respondió: “Aborrezco su acto, pero no a él; si se arrepiente, él es mi hermano”.

 

10.    Arrepiéntete y no te desesperes:

 

Dijo Al-lah: {Pidan perdón a Dios por sus pecados, ¡oh, creyentes!, que así alcanzarán el éxito} [Corán 24:31]; y también dijo: {Di: “¡Oh, siervos míos que están sumidos en el pecado [perjudicándose a sí mismos]! No desesperen de la misericordia de Dios. Dios tiene poder para perdonar todos los pecados. Él es el Perdonador, el Misericordioso”} [Corán 39:53].

 

Y hay muchos otros ejemplos en los hadiz del Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, que mencionan que Al-lah perdona a quien se arrepiente con sinceridad, incluso si vuelve a caer.

 

Es de suma importancia entender que para que el arrepentimiento sea aceptado debe ser sincero, y para que sea sincero debe cumplir los siguientes requisitos:

 

·      Abstenerse al instante de cometer el pecado.

 

·      Aborrecer y sentir remordimiento por el acto cometido.

 

·      Tener la intención, la firmeza y la voluntad de no volver a cometer dicha falta.

 

·      (Si se perjudicó a una o más personas, se debe reponer el daño cometido).

 

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Ver la otras partes:

Parte 1 de 4

Parte 2 de 4

 

Parte 3 de 4

 

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