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La Profecía: Percepción de realidades (parte 1 de 2)

Todo aquel que desea el dominio del Islam y lucha por esa causa debe darse cuenta de la importancia de la profecía de Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y el rol decisivo que tiene en el actual conflicto entre civilizaciones. Debe abordar el asunto determinando las prioridades y estrategias. Se deben tener en cuenta los siguientes factores al evaluar la situación:
1. La percepción de un objetivo eterno
Debemos comprender el ambiente actual en el cual tratamos de esforzarnos por la práctica y preponderancia del Islam. Es sin duda diferente y se encuentra a 1400 años de distancia de los tiempos del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, a pesar de que todo esfuerzo que se realiza es como continuación de la misma misión profética.
Los musulmanes deben entender que Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, no fue designado como Profeta para una nación o una era en particular, sino que fue enviado a toda la humanidad, sin importar tiempo o lugar. Desde el siglo 6 hasta el 21 y más allá –hasta el Día del Juicio– Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, será el único Profeta. Estas palabras, por más simples que parezcan, tienen implicancias de amplio alcance. Es obligatorio que el mensaje de Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, sea difundido continuamente de la misma forma que fue difundido en su tiempo.
2. La percepción de un mensaje perenne
Debemos notar que el ejemplo de Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, está aún presente entre nosotros. Esto es porque el Libro Divino que él trajo está intacto hasta el día de hoy, y aún se encuentran preservados los detalles más ínfimos de su vida en la Sunna (tradición profética), y su Din (modo de vida divino) ha sido difundido a lo largo y ancho del mundo por sus seguidores.
Consecuentemente, es responsabilidad de los musulmanes continuar la misión que él comenzó y considerarla una responsabilidad que Al-lah nos legó.
3. La verdadera percepción de la profecía
Los musulmanes deben reconocer que para combatir la yahilía (período de ignorancia pre islámico) durante la época del Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, fue vital exigir compromiso con su misión. A pesar de que la fe en Al-lah tiene prioridad y es la misma esencia del modo de vida islámico, la fe en el Profeta es muy importante y decisiva. La creencia en Dios es la premisa básica de todos los profetas, la paz sea con ellos, y da origen al propósito profético; pero es solo creyendo en un profeta que uno puede aceptar el concepto de Al-lah. Así, la creencia y el concepto de Al-lah solo son aceptables si están basados en la declaración y descripción provistas por el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él.
Así como tenemos certeza de que el Corán es la palabra revelada de Al-lah, del mismo modo la profecía de Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, está fuera de duda. Debemos dar como hechos esos dos principios, de otra forma no podría haber una interpretación sólida de los conceptos de halal y haram (lícito e ilícito), wayibat y manhiiat (obligaciones y prohibiciones), adhab y thauab (castigo y recompensa). En términos prácticos, entonces, la fe en y obediencia al Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, son equivalentes a la obediencia a Al-lah y es la única forma de buscar Su complacencia y proximidad.
4. La importancia de la creencia en la profecía
Debería dársele mucha importancia a creer en la profecía, y debe ser una prioridad en todo esfuerzo de da’wa y yihad (esfuerzo por la causa de Al-lah). De cualquier otra forma, la creencia en Al-lah no tendría sentido, porque los judíos y cristianos también alegaron ser creyentes en un solo Dios, y el mismo Corán elogió la excelencia de la ‘ibada (adoración) y el ajlaq (dignidad moral) de algunos de ellos, pero incurrieron en la ira de Al-lah simplemente porque negaron la profecía.
5. La creencia en la profecía es una fuente de ayuda de Al-lah
Esta creencia es crucial porque la promesa de ayuda de Al-lah, la salvación, y la victoria está junto a los profetas, la paz sea con ellos, y junto a aquellos que realmente creen en la profecía, siguen las enseñanzas proféticas, se convierten en asistentes de la misión, y luchan por establecer el Din de Al-lah (código de vida). El Corán dice: {Fue decretado para Mis siervos Mensajeros que serían auxiliados, y que Mi ejército sería el vencedor} [Corán 37:171-173].
6. El mensaje de amor y paz
La eterna lucha de la misión profética contra la maldad de los incrédulos, la cual ahora ha tomado forma de conflicto entre el Islam y Occidente, es, de hecho, un esfuerzo por ganar los corazones y mentes de la gente. Eso resultaría en la supremacía y dominio del Islam, la verdadera religión de Al-lah. La fuerza puede conquistar tierras, adquirir dinero y bienes, tomar el poder político, pero no puede ganar los corazones y mentes del pueblo. De forma similar, los argumentos pueden ganar apoyo, pero nunca pueden asegurar el compromiso, la devoción y la disposición para afrontar sacrificios en la vida. Hay una sola forma de conquistar los corazones: una fe firme en la profecía de Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, una completa devoción en Su misión, amor y reverencia hacia Él, y obediencia y compromiso absoluto a seguirlo en todo aspecto de la vida. Así es como se ganaron los corazones en el pasado y así será en el futuro.
Debemos esforzarnos por mostrar que el Islam es la religión verdadera que presenta un código de vida integral; advertir a la gente sobre la maldición de la usura y los peligros de sistemas económicos no islámicos; subrayar la belleza del sistema social, político, económico y familiar del Islam. Sin embargo, nunca debemos olvidar que el propósito de todas estas actividades es crear condiciones favorables y un entorno propicio para defender la causa de la Verdad.
Si la gente acepta todos los principios islámicos pero se rehúsan a creer en la profecía de Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, el camino hacia el éxito en la batalla de civilizaciones permanecerá obstruido. Hay muchos que elogian el Islam, alaban su arte y arquitectura, aplauden el espiritualismo y misticismo islámicos, pero no están dispuestos a seguir al Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, ¡ya que no creen en su profecía! Tales personas, por lo tanto, no pueden ser consideradas como ayudantes o defensores de la misión profética. 

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